La escucha activa es fundamental en el coaching, ya que permite al coach comprender profundamente las emociones, pensamientos y necesidades del coachee. Va más allá de simplemente oír; implica prestar atención completa, interpretar señales verbales y no verbales, y responder de manera empática. Esta habilidad crea un ambiente de confianza, facilita el autodescubrimiento del coachee y ayuda a identificar bloqueos o limitaciones, permitiendo así que el proceso de coaching sea más efectivo y transformador.