Guiar a un coachee de víctima a protagonista es esencial para desarrollar autoconciencia y responsabilidad. Esto permite que el coachee pase de culpar a las circunstancias externas a reconocer su capacidad de influir en su vida mediante decisiones y acciones. Al adoptar una mentalidad de protagonista, aumenta su empoderamiento, resiliencia y motivación, promoviendo soluciones proactivas y un enfoque positivo para alcanzar sus metas. Este cambio fortalece la autonomía y fomenta una actitud constructiva frente a los desafíos, creando un impacto transformador y sostenible en su crecimiento personal y profesional.